Plaza Murillo
La plaza Murillo está ubicada en la La Paz a más de 3.600 metros sobre el nivel del mar, es el espacio público más importante de Bolivia, convertida en el punto equidistante donde inician las medidas territoriales durante la presidencia de José Manuel Pando (el «Kilómetro Cero» de la nación).
La plaza fue diseñada el año 1558 por el alfarife Paniagua, en sus inicios era conocida como La Plaza Mayor. Es el centro del monumento dedicado a los combativos por la libertad. Aquí igualmente se logra ver el Capitolio o el popular Congreso Nacional. La plaza está envuelta por numerosas viviendas coloniales y templos ricos en esculturas siendo la bella Iglesia de San Francisco, Santuario de San Pedro, Oratorio de Santo Domingo.
Monumento a Murillo
El monumento a Murillo corresponde a un conjunto escultórico de bulto redondo de cinco piezas, cuatro clasificadas como estatuarias y una ornamental. La principal, la que corresponde a la figura de Murillo, tiene tres metros de altura, lleva un estilo neoclásico, con traje de la época y además sostiene en uno de sus brazos una capa y en el otro la proclama de la Junta Tuitiva. Las demás son alegóricas: en su parte frontal se encuentra una mujer sentada que simboliza a la ciudad de La Paz; a la izquierda, una mujer con gorro frigio, simboliza al pueblo de La Paz que luchó por la libertad; un león al lado derecho, simboliza el valor y el coraje; y en la parte posterior, un ángel con una trompeta, simboliza la gloria alcanzada.
Su construcción fue decidida por el municipio de La Paz en 1906, ya que se acercaba el primer centenario de la Revolución del 16 de Julio de 1809, y las autoridades municipales deseaban, desde hace tiempo atrás, erigir un monumento que perpetué el recuerdo de nuestros protomártires de la independencia. Así, después de dos años, se asignó al artista italiano Horacio Ferrucio Cantelle iniciar la obra y la fundición de las diferentes piezas que constituían la misma. Se inauguró el domingo 22 de agosto de 1909.
Proclama de la Junta Tuitiva
En el sesquicentenario de la fundación de la República de Bolivia, como homenaje a los protomártires de nuestra independencia, el general Armando Escobar Uría, Alcalde Municipal, hizo emplazar frente al monumento a Murillo, en un bloque de piedra comanche esculpida con la imagen de un libro, la proclama de la Junta Tuitiva, la cual recuerda a la que fue publicada por primera vez frente a la plaza, donde se encontraba el Cabildo (lugar donde actualmente se encuentra el palacio de Gobierno) el 27 de julio de 1809.
El significado del emplazamiento de esta obra conlleva connotaciones históricas, ya que representa un documento que fue firmado por los principales gestores de la revolución Julia, los cuales aclararon y definieron sus postulados libertarios.
Estribo de señalización histórico
El 16 de julio de 1944, en el mismo lugar donde sufrieron la pena de muerte los principales cabecillas de la revolución Julia: Pedro Domingo Murillo, Juan Antonio Figueroa, Juan Basilio Catacora, Buenaventura Bueno, Melchor Jiménez, Mariano Graneros, Apolinar Jaén, Gregorio García Lanza, Juan Bautista Sagárnaga, la Prefectura de La Paz, con apoyo de documentación fidedigna, hizo levantar un estribo de señalización histórico, para que no se olvide el noble sacrificio de aquellos que ofrendaron sus vidas en pos de la libertad y de la independencia americana.
Patíbulo simbólico
En 1997, con motivo de celebrarse el LXII aniversario y el día del excombatiente, la Federación Nacional de Mutilados e Inválidos Heridos Beneméritos de la Patria de la Guerra del Chaco, hizo erigir un patíbulo simbólico frente al Palacio de Gobierno, el cual rinde homenaje al protomártir Murillo y a los libertadores Bolívar y Sucre.
El frontis que da al Palacio de Gobierno presenta una tea, la cual recuerda aquella frase pronunciada por Murillo el día de su ejecución: «La tea que dejo encendida, nadie podrá apagar». Con motivo de las celebraciones del Bicentenario, el Gobierno Municipal instaló en su espacio central las imágenes de los protomártires de la revolución julia, según el orden en que éstos fueron ejecutados.
Sentencias a los revolucionarios del 16 de julio de 1809
En 1810 José Manuel de Goyeneche, Brigadier de los Reales Ejércitos, Presidente Interino de la Real Audiencia del Cuzco, General en Jefe del Ejército del Alto Perú, expidió dos documentos como medio de sentencia contra quienes participaron de la revolución Julia: la primera, la más terrible, dictaminaba pena de muerte para la mayoría, estando en ésta Murillo y ocho de sus compañeros; la segunda, dictaminaba una serie de castigos, embargos, destierros, trabajos forzados, entre otras medidas. En ambos casos el castigo fue tremendo, cuyos daños pasaron a sus familiares como medio de escarmentarlos durante sus vidas.
En 2009, en el bicentenario de la revolución Julia, el Gobierno Municipal hizo plasmar el contenido de las sentencias en una estructura de bronce de 90 cm por 1.40 m, para que los nombres de quienes ofrendaron su vida, su familia, sus bienes, entre otros sacrificios, queden inmortalizados en la histórica plaza.
Urnas de los protomártires
En homenaje a los protomártires de nuestra independencia, las urnas que contienen sus sagrados restos, después que fueron exhumados en 1939 y glorificados en 1940, son traídos a la plaza Murillo, escoltados por el Batallón Colorados de Bolivia, desde la Cripta de los Héroes de la Basílica Menor de San Francisco cada año en fecha 16 de julio y en 29 de enero al lugar donde sufrieron el terrible suplicio. De la misma forma, mediante Ordenanza Municipal 002/2009, el Gobierno Municipal declaró el Día del Heroísmo Paceño cada 28 y 29 de enero, como justo homenaje a los héroes que dieron la vida por la libertad.
Alegorías
Dentro de la plaza Murillo se encuentran ocho esculturas alegóricas que representan a las estaciones del año y a las artes: primavera, invierno, otoño, verano, arquitectura, escultura, música y pintura, clasificadas como ornamentales de bulto redondo.
Desde sus inicios, fueron emplazadas en el espacio público principal de la ciudad, en los cuatro lados de ingreso que tenía la plaza Murillo. Después de algunos años, cuando sus lados de ingreso fueron ensanchados y se recreó paisajísticamente su imagen con dotación arbórea, las esculturas fueron introducidas más hacia su eje central, lugar donde se las puede apreciar actualmente.
La escritora Ana Rivera ha señalado que las esculturas fueron traídas desde Berlín, Alemania, y que no se mandaron hacer, sino las compraron ya hechas.
Gualberto Villarroel
El busto que rinde homenaje a Gualberto Villarroel fue realizado en bronce por W. Prado, F. Ramos y E. Montealegre, en 1979. Se clasifica como estatuaria de bulto redondo. Villarroel fue el trigésimo noveno Presidente de Bolivia, quien fue víctima de la conspiración de la denominada “rosca minero feudal”, terminando su vida en una vereda de la calle que da a la plaza, después que su cuerpo fue arrojado del Palacio de Gobierno por una muchedumbre irascible, para ser finalmente colgado de un faro de la plaza Murillo, lugar donde también fueron colgados los cuerpos de sus más allegados colaboradores, Roberto Hinojosa, Waldo Ballivián y Luis Uría de la Oliva.